EDUCAR (Gabriel Celaya)
Educar es lo mismo que poner motor a una barca,
hay que medir, pesar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco -ese niño-
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un dí
a esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada.
miércoles, 14 de octubre de 2009
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